Entrevistas

El Cacao Vive Un Amargo Momento

El grano de cacao producido en México es de altísima calidad, ya que su fuerte aroma, sus altos contenidos de ácidos grasos, su acidez y sabor característicos que le proporcionan las condiciones de clima y suelo del trópico mexicano, aunado al procedimiento de fermentado y secado que utilizan los productores mexicanos, lo convierten en el mejor del mundo.
Pero lo malo es que… ¡casi no hay producción! Así como lo leyó. De nada vale tener el mejor cacao del orbe en nuestro país, si se produce muy poco, si no se aprovecha y se hace valer ese plus, esa calidad, con un buen precio.

LOS CAUSANTES
La caída de la producción nacional de cacao inició con la llegada de las enfermedades conocidas popularmente como «escoba de la bruja» y «mancha negra» que ocurrió en 1996, año en que se tenía una producción de 34 mil toneladas anuales, pero fue ocho años después cuando la situación se complicó aún más con la llegada de la plaga llamada moniliasis, «que nos afectó bastante la producción», comenta a Tierra Fértil, Alfonso Ramos Mancilla, tesorero de la Unión Nacional de Productores de Cacao.
Agrega que actualmente se obtienen en el país alrededor de 11 mil toneladas al año, (es decir, en un 67.6 % cayó la producción) y obviamente que a nivel mundial, México ya no es el número uno, «en cuestiones de calidad sí somos los número uno, pero en cuestiones de cantidad, pues no hay comparación con lo que produce Costa de Marfil, Malasia, Brasil, Ecuador; ya sólo representamos el dos por ciento de la producción mundial. Con esa cantidad no alcanzamos a cubrir ni siquiera la demanda de la industria nacional,…», enfatiza con tristeza.

SE PRODUCE SÓLO UNA PIZCA
Y para ilustrar la penosa situación por la que atraviesan, señala que «por ejemplo, uno de nuestros principales clientes necesita para su consumo anual, 18 mil toneladas. Entonces si nosotros producimos 11 mil, tenemos un déficit nada más con ellos, de siete mil toneladas,… y todavía faltan las demás empresas que hacen chocolate en nuestro país».
Y admite que ellos, los productores, tuvieron mucha culpa, porque aunque estaban informados que la monilia se aproximaba a tierras mexicanas, no hicieron nada para tratar de evitar un daño como el que se tuvo en los cacaotales.
«Sabíamos que iba a venir, pero como buenos mexicanos ¿no?, en su momento supimos la noticia y no hicimos nada, no creímos que nos fuera a llegar,…», se sincera.

A VIVIR CON EL ENEMIGO
Y cuando se le cuestiona sobre qué se hace para atacarla, responde con un dejo de resignación, que el hongo llegó para quedarse debido a que las condiciones climáticas del trópico son las idóneas para su desarrollo.
Pero asegura que no por ello se quedan con las manos cruzadas. Señala que los productores y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), hicieron estudios y trajeron variedades de cacao tolerantes a la moniliasis, probados en países que también fueron afectados por este hongo, para renovar los cacaotales del país.
«Son variedades tolerantes, se hicieron cruzas con los cacaos criollos que hay por aquí como el calabacillo y se desarrollaron cinco clones certificados con los cuales en los últimos 10 años se han repoblado las hectáreas sembradas con cacao en nuestro estado», afirma Ramos Mancilla.
Pero admite que hasta ahora sólo la reconversión es lenta, porque aquí surgen otros problemas, y los explica.
OTROS FACTORES QUE MINAN LA PRODUCCIÓN
No hemos podido ampliar el espectro de hectáreas, porque nos golpean varios fenómenos adicionales a la monilia y que nos afectan mucho como son el avejentamiento de los productores y la división de la tierra.
Sobre el primer aspecto, el funcionario de la Unión de Productores de Cacao del país señala que «tenemos un sector de los productores ya bastante avanzado de edad, con un promedio entre los 60 años de edad, ya están bastante grandes, entonces el rendimiento no es el mismo y eso afecta a la producción».
Y señala que cuando un productor decide retirarse de la actividad, también les causa otro problema que es la división de la tierra, y lo explica con el siguiente ejemplo: «si el productor que ya rindió, que abandonará la actividad, tiene cinco hijos y decide hacer la repartición equitativa de sus tierras, por consiguiente le tocarán dos hectáreas a cada hijo. Pero si uno de sus hijos, en sus dos hectáreas que le tocaron decide hacer su casa y vivir ahí, ya hay una merma, ya nomás se quedará con hectárea y media o con una hectárea para cultivar el cacao. Entonces eso nos afecta también a la producción».

CONTRAPRODUCENTE
Pero existen otros factores que provocan que la renovación generacional de productores en el estado con la mayor producción de cacao del país no se dé como debería hacerlo y en esto tiene mucha culpa la rentabilidad que tenía el producto, y por otra parte, también Petróleos Mexicanos.
«Desafortunadamente… y digo desafortunadamente por lo siguiente, en Tabasco el cacao era una actividad tan rentable, económicamente tan bien pagada, que la mayoría de los hijos de los productores tuvieron la oportunidad de salir del estado y estudiar una carrera universitaria. Entonces son profesionistas, doctores, abogados, y el campo ya no lo ven rentable».
Adicionalmente, afirma Ramos Mancilla, con la llegada del petróleo, con la detonación de la industria petrolera y del estado de Tabasco como zona productora, pues la actividad agrícola ya no resultó tan rentable, y comenzó a faltar la mano de obra.
Asegura que la juventud prefirió trabajar en PEMEX donde le pagan 500 pesos por un día o dos de trabajo, que hacerlo toda una semana en el campo para poderse ganar como 900 pesos.
«Entonces eso también nos golpea, es un motivo muy fuerte, y en base a eso, pues ya tenemos un severo problema de que ya no hay gente que quiera trabajar el campo por esa cuestión».
Otro factor que se tiene y que también provoca el declive de la producción es que las plantaciones están muy viejas y obviamente que ya no tienen un nivel óptimo de producción, ya van de salida, «entonces tenemos que reconvertirlas poco a poco, no hay de otra manera, porque si un productor tiene cinco hectáreas, no le puedes decir: pues fíjate que tienes que tumbar tus cinco hectáreas porque vamos a replantar y espérate tres años a que comiencen a producir. Eso sería llevarlo a la muerte al dejarlo sin liquidez. Sino lo que hacemos es que vamos por etapas, les decimos: tumba una hectárea y quédate con cuatro, y así, poco a poco, es como se hace la reconversión».

HAY CON QUÉ RESURGIR
Pero para Ramos Mancilla el panorama no es tan negro como parece, ya que existen varios factores y acciones que se conjugan para que se dé el repunte de la producción nacional de cacao y una de ellas es la despetrolización de la economía como política de estado del país.
«Pero ya los tiempos cambian,… ya mejora el panorama, porque con lo de PEMEX, la gente va a regresar al campo, de hecho ya lo hace. Ya nos solicitan material vegetativo de la calidad que te mencionaba, de los clones, y se reconvierten primero las hectáreas que tenían mucho tiempo establecidas».
Ramos Mancilla afirma que ellos a la monilia la ven como un fenómeno en contra, pero también a favor, y así lo explica: en contra porque la producción decayó severamente, pero a favor porque se convirtió en un proceso natural de separación de los dizque productores y los verdaderos, los que de verdad pretenden invertirle al cultivo.
De los que sí ven al cacao como una actividad rentable. Porque hay muchos que usan este lema con el gobierno: si me das, le pongo, y si no me das, no hay nada.
Entonces para el dirigente cacaotero ese es uno de los problemas que se tienen en el agro tabasqueño y ese malestar lo demuestra al exclamar que «por eso las enfermedades nos afectaron mucho, porque la gente está esperanzada a que el gobierno sea el que le dé todo y obviamente, el gobierno ya no está en esa posición».
«Entonces la monilia actúa como un proceso natural de depuración de los productores… Hay quienes dicen: no, esto no es una actividad rentable y agarran sus cosas y se van, pero hay personas que sí siembran, que sí repueblan y aumentan sus hectáreas porque ven que hoy por hoy, la solución es el campo».

AUMENTARÁ LA PRODUCTIVIDAD
Otro factor que incide para que Ramos Mancilla confíe en el repunte de la producción de cacao en nuestro país es la productividad que se obtendrá con las nuevas variedades obtenidas con los cruces.
Porque, comenta, cuando se trajeron variedades de cacao de todo el mundo tolerantes a la moniliasis para desarrollar los clones certificados, se buscaron las más productivas, «hablamos de que, por ejemplo, una mazorca de cacao tradicional tenía un conteo de habas contenidas dentro de la mazorca de alrededor de las 46 habas.
«Con las nuevas variedades obtenidas con los cruces, tenemos de 60 a 62 habas contenidas dentro de la mazorca. Entonces tienen mayor productividad y son tolerantes a la monilia. Porque dentro del desarrollo genético que se hizo con los clones, se tomaron en cuenta varios requisitos necesarios para que al productor la actividad le sea rentable totalmente».
Por ejemplo, prosigue el dirigente cacaotero, en una plantación como se hacía anteriormente, la establecías hoy y tenías que esperar siete años para que entrara en producción, pero con las nuevas variedades obtenidas con los cruces, se bajó ese tiempo de espera, «ahorita con la modificación genética, la planta la siembras hoy y entra en producción a los tres años. Entonces eso reduce el tiempo de espera para bien del productor».
Y aunque haya crisis, el ingenio del mexicano no podía faltar, porque a esta variedad de árboles nuevos obtenidos de los cruces ya se les conoce como de «alta promiscuidad», y Ramos Mancilla explica porqué: anteriormente un árbol de cacao echaba 20 mazorcas, pero la nueva variedad clonal está echando entre 30 y 35. Entonces se tiene mayor conteo de mazorcas, mayor conteo de habas dentro de las mazorcas, y te vuelvo a repetir, sí le pega la monilia, pero como son tolerantes, el daño es menor, porque si antes un árbol te daba 20 mazorcas y por ejemplo el hongo afectaba a 10, pues te dejaba 10; pero ahora, si tienes 35 y te afecta las mismas 10, pues te quedan 25 mazorcas sanas.
«Entonces esa es otra de las cosas que hacemos, esa es otra manera de controlar a la monilia, de aprender a vivir con ella», señala.

EL PANORAMA TIENE QUE CAMBIAR
Para Ramos Mancilla todas estas acciones hacen que vuelva la confianza entre los productores de cacao del país y que el panorama luzca esperanzador, y así lo denota en sus palabras cuando señala que «vamos a ir hacia arriba, vamos a incrementar la producción, esperamos volver a los niveles de producción que teníamos.
La previsión del precio en el mercado internacional es que el cacao mexicano, por su calidad, va a tener un buen precio, por lo menos en los siguientes seis años va a tener un buen repunte en el precio, va a ser bien pagado, y eso nos va a permitir aumentar el número de hectáreas en producción».
«Como ya toda la gente se está desencantando de la industria petrolera por el recorte de PEMEX, la gente va regresar al campo, no va a ver de otra, y sí, hay mucha gente que está confiando nuevamente en el cacao».
Claro que sería bueno que recuperáramos la producción que teníamos en la década de los 60’s hasta mediados de los 80’s, que fue la época dorada del cacao mexicano, cuando se producían hasta 40 mil toneladas al año y éramos los mejores, pero para eso se ocupa tiempo, pero confío en que el cultivo va a resurgir, porque con todo eso de lo que te platicaba del material genético que tenemos, lo que va a suceder es que con menos productores se va a producir más, y el reto a corto plazo es obtener por lo menos la misma cantidad en la que estábamos hasta 1996, señaló para finalizar Alfonso Ramos Mancilla, tesorero de la Unión Nacional de Productores de Cacao.

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