El sector cárnico de Australia y Nueva Zelanda se muestra contrariado por los aranceles de EE.UU.

“Nuestros mercados globales están interconectados y necesitamos tomarnos el tiempo para evaluar completamente las implicaciones de cualquier interrupción en los flujos comerciales”, dice Sirma Karapeeva, directora ejecutiva de la Asociación de la Industria de la Carne (MIA).
“Los aranceles distorsionan el comercio y reducen la eficiencia del mercado, obligando en última instancia a los exportadores y productores a aceptar precios más bajos, mientras que dejan a los consumidores con menos opciones y costos más altos. Estados Unidos es un importador y exportador clave de carne vacuna, por lo tanto, es probable que el anuncio estadounidense afecte al mercado mundial de carne vacuna; por ejemplo, los países exportadores podrían redirigir sus productos a mercados donde también opera Nueva Zelanda. Además, con el censo ganadero estadounidense en niveles históricamente bajos y un consumo interno récord de carne vacuna, seguimos esperando una alta demanda de carne vacuna por parte de Estados Unidos, a pesar de las medidas arancelarias”, señala la responsable neozelandesa.
Los exportadores de carne de Nueva Zelanda han llevado a cabo una planificación significativa para mitigar posibles interrupciones, mantener su posición en el mercado y adaptarse a los cambios en los patrones del comercio mundial.
Alan Thomson, director ejecutivo de Beef + Lamb New Zealand (B+LNZ), dijo que es desafortunado que Estados Unidos esté imponiendo aranceles a las exportaciones de Nueva Zelanda: “es demasiado pronto para predecir el impacto final de esto en los precios al productor. Lo positivo es que actualmente tenemos una fuerte demanda mundial de carne. Nuestro sector es resiliente y nuestros exportadores se esfuerzan por encontrar soluciones, pero barreras comerciales como esta dificultan que los ganaderos obtengan un precio justo por la carne de alta calidad que producen”.
En el caso de Australia, desde el Red Meat Advisory Council (RMAC) han mostrado su decepción por los aranceles. Según su presidente, John McKillop, la decisión de imponer un arancel del 10 % a los bienes importados a los EE. UU. “no reconoce que la carne roja australiana contribuye a la estabilidad del suministro y los precios de los alimentos en los Estados Unidos”.
McKillop afirmó que la industria cárnica australiana, en colaboración con el gobierno australiano, ha trabajado para reducir las barreras comerciales, incluyendo los aranceles, mediante la negociación de acuerdos de libre comercio. Como resultado, el 91 % de las exportaciones de carne de vacuno, el 74 % de la carne de ovino y el 89 % de la carne de caprino comercializadas a nivel mundial están amparadas por los tratados de libre comercio existentes, que siguen vigentes.
“Estados Unidos fue el mayor mercado de exportación de carne roja de Australia en 2024, con un valor de 6.070 millones de dólares australianos, casi un tercio del total de las exportaciones mundiales”, afirmó McKillop. “Estados Unidos seguirá siendo un mercado clave a pesar de estos aranceles”.