Edad potencial de especies de yuca en izotales del Altiplano Potosino-Zacatecano

El Altiplano Potosino-Zacatecano se encuentra enclavado en el Desierto Chihuahuense, la región árida y semiárida más grande de Norteamérica con una superficie que se estima en 450,000 km2, aunque algunos estudios sugieren que puede superar los 630,000 km2. También se cataloga como el segundo desierto a nivel mundial con mayor diversidad biológica, presente en diversas comunidades vegetales como son el matorral desértico micrófilo, matorral desértico rosetófilo, matorral crasicaule, pastizal, izotal, entre otros.
Fotografía: Diámetro del fuste de un individuo de palma china con cinta diamétrica
Las condiciones de aridez dominadas por altas temperatura, escasa precipitación y alta evaporación, no limitan la enorme diversidad biológica de esta región, donde destaca por su estructura y conformación el izotal, cuyos organismos característicos se conforman por diversas especies de palmas o yucas que llegan a constituir 48 especies diferentes distribuidas desde el suroeste de los Estados Unidos hasta Centroamérica, aunque su mayor diversidad se ubica en el desierto Chihuahuense.
En el Altiplano Potosino-Zacatecano dominan tres especies de yucas entre las que se encuentra Yucca filifera, Yucca carnerosana y Yucca rigida; estas especies pueden estar presentes en poblaciones puras o entremezcladas y generalmente asociadas con elementos propios del matorral micrófilo, rosetófilo o crassicule. Cuando se recorren las carreteras del centro y norte de México, las poblaciones de izotales son muy notorias; lo cual le imprime peculiaridad al entorno desértico derivado de las características fenotípicas de estas especies, inflorescencia terminal y coloración blanquecina con tonalidad crema y que son fertilizadas por pequeñas palomillas o mariposas específicas, que se alimentan del néctar de sus flores.
Fotografía: Ejemplar de Yucca filifera vandalizada
A pesar de la belleza escénica que estas palmas imprimen al paisaje, son contados los esfuerzos para promover su conservación y en cambio, sus poblaciones se ven severamente diezmadas o a veces eliminadas del ecosistema, por cambios en el uso del suelo para ampliar la frontera agrícola, particularmente de temporal; acciones de pastoreo intensivo, que dañan el renuevo y los mismos individuos maduros o en proceso de desarrollo, daños físicos provocados por vandalismo e incendios intencionales que provocan pudriciones y mortandad de los individuos. La destrucción de estas comunidades genera una serie de procesos negativos en el ecosistema, como son pérdida de la biodiversidad, rompimiento de las cadenas tróficas desarrolladas a través de largos procesos evolutivos, pérdida de suelo y empobrecimiento de su ya escasa fertilidad.
La utilidad de las yucas, amén de su papel esencial en el ecosistema, posee una serie de beneficios económicos, entre los que destacan su uso ornamental para adorno de avenidas en asentamientos urbanos o rurales; medicinal debido a su alto contenido de saponinas y a otros compuestos químicos y fabricación de alcohol, textil para extracción de fibras naturales de uso en la industria textil; alimenticio, en la fabricación de aceite comestible y la flor se consume en diversos platillos regionales, mientras que el fruto (dátil) posee alto contenido de azúcares y constituye fuente de alimento para el ganado y aun para el ser humano, así como para la elaboración de productos naturales.
Fotografía: Individuo de Yucca filifera caído, posterior a que fue afectado por un incendio
Las tasas de crecimiento anual de estas especies, se desconocen y se indica que algunos ejemplares pueden vivir cientos de años, sin que hasta la fecha se haya corroborado esta afirmación, lo cual se debe a que el género Yucca pertenece a la división Angiospermas, clase monocotiledóneas de la familia Agavacea, las cuales no generan crecimientos secundarios o incrementos radiales (anillos de crecimiento), como sucede con las coníferas o latifoliadas (hojosas). Esta situación limita realizar su datación mediante técnicas dendrocronológicas.
La estructura anatómica de los tallos de las especies de yuca, se componen particularmente de un tejido conocido como parénquima, con haces de fibras vasculares distribuidos en todo su tejido, donde llegan a formar bandas de crecimiento, aunque se desconoce si son de carácter anual.
Fotografía: Obtención de núcleo crecimiento en tronco de un individuo de palma china
En dos sitios con presencia de Yucca filifera, separados aproximadamente 20 km en línea recta, ubicados a orillas de carretera que conduce de la Cd. de Zacatecas a las ciudades de Aguascalientes y de San Luis Potosí, respectivamente, se obtuvieron muestras con un taladro Pressler de tallos de individuos con apariencia longeva, en la cual se observaron bandas marcadas de fibras, semejantes a anillos anuales, cuyo conteo pudiera constituir una forma para estimar la edad de estos individuos. Con base a lo anterior, se estimaron edades en el rango de 50 hasta 150 años para individuos de 50 a 100 centímetros de diámetro basal y alturas hasta de 12 metros, lo cual coincide con algunos reportes que señalan la longevidad que pueden alcanzar estos ejemplares.
La información señalada puede contribuir a considerar a algunos izotales, que, por su importancia ecológica, belleza escénica y alta biodiversidad, hasta ahora ignorada, merecen tener algún grado de protección legal; de otra manera, continuará la degradación de estas comunidades vegetales, hasta su desaparición.
Fotografía: Palmas longevas de palma Yucca filifera en Zacatecas San Luis Potosí
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