Estabilidad en la demanda de carne de Japón para 2025

En lo referente al vacuno, los censos se reducirán debido a un mayor sacrificio de animales en 2024. Para la producción de carne de vacuno se estima que rondará las 500.000 t, en línea con el año anterior y las importaciones rondarán las 700.000 t, creciendo ligeramente.
La demanda de carne más económica, como la de vacas lecheras, se aceleró como alternativa razonable a la carne importada cara. Sin embargo, los suministros de carne de vaca fueron limitados en 2024, debido a que los ganaderos lecheros ampliaron el tamaño de sus rebaños para una mayor producción de leche. Esto también redujo el sacrificio de vacas y novillas lecheras en 2024.
Se prevé que el consumo de carne de res en Japón se mantenga débil en 2025, similar a las tendencias de consumo de 2024, ya que la inflación persistente continúa limitando el gasto de los consumidores, especialmente en alimentos premium. Hay un cambio hacia productos animales más económicos, como el cerdo, lo que lleva a una reducción del consumo de carne de vacuno en los hogares. Pese a esto, la demanda rondará los 1,20 millones de t.
Las importaciones japonesas de vacuno en 2025 permanecerán estancadas, ya que los importadores solo para satisfacer las necesidades actuales, hasta que mejoren las condiciones comerciales. La combinación de un dólar estadounidense fuerte en comparación con el yen japonés y la reducción de la demanda de carne de vacuno contribuyeron que hubiera mucha carne almacenada a finales de 2024.
En 2024, Japón importó 736.193 toneladas, un aumento del 5% con respecto a 2023. El principal proveedor fue Australia, que representó el 48 % de las importaciones en el mercado, seguido por Estados Unidos con el 35 %. La carne de vacuno australiana fue un 12 % más barata que la de EE.UU. debido a los menores costes de producción. Fuentes de la industria señalaron que algunos minoristas japoneses cambiaron la estadounidense por la australiana al ser más barata.
En cuanto a la carne de cerdo, la producción local rondará los 1,28 millones de t y el consumo interno alcanzará los 2,76 millones de t. Las importaciones rondarían los 1,46 millones de t, creciendo respecto a 2024 muy ligeramente. Se espera que el consumo de carne de cerdo en Japón se mantenga estable en 2025 en comparación con 2024, ya que se anticipa una demanda constante. Aunque la inflación está afectando los hábitos de gasto de los consumidores, la carne de cerdo, junto con los productos avícolas, seguirá siendo una fuente preferida de proteína animal para las comidas diarias.
De acuerdo con las estadísticas del Ministerio de Asuntos Internos y Comunicaciones (MIAC), las ventas minoristas de carne de cerdo (excluyendo productos elaborados como salchichas y tocino) fueron de 7,6 kilogramos por persona tanto en 2023 como en 2024. En 2024, los consumidores pagaron un 2 % por la carne de cerdo, optando por cortes menos costosos mientras mantenían el volumen.
En el segmento HRI (Hoteles, Restaurantes e Instituciones), las ventas en restaurantes chinos que ofrecen una variedad de platos de cerdo (tanto para consumir en el lugar como para llevar) aumentaron un 11 % en 2024. Además, el número de clientes creció un 6%, superando la tasa de crecimiento promedio del segmento, que fue del 4 %.
Japón reducirá sus importaciones de carne de cerdo en 2025 debido a las grandes existencias acumuladas en 2024. Aunque la demanda de cerdo importado seguirá estable, la distribución interna enfrenta retos como la limitada capacidad de almacenes frigoríficos y la escasez de conductores de camiones. Los importadores diversifican sus socios comerciales para evitar interrupciones por brotes de enfermedades y fluctuaciones de precios. En 2024, las importaciones de carne de cerdo brasileña aumentaron un 124 % anual, reemplazando carne congelada costosa de Europa.
Mientras las importaciones de carne congelada crecieron un 12 % en 2024, las de carne refrigerada y productos elborados disminuyeron. La carne congelada se destina principalmente al sector de servicios alimentarios y fabricación, mientras que la refrigerada se vende al por menor. Con la inflación alta, los minoristas priorizan la carne congelada sobre la refrigerada. Este enfoque busca adaptarse a las condiciones económicas actuales y mantener los costos controlados.