Producción eficiente de leche: cómo evitar la Depresión de Grasa en Leche

En un contexto de aumento en los costos de producción, es clave maximizar el valor de la leche producida, con énfasis en su contenido y composición de grasa. La grasa láctea se compone de ácidos grasos de origen dietario y sintetizados en la glándula mamaria, cuya concentración puede variar por factores nutricionales y no nutricionales.
El Síndrome de Depresión de Grasa en Leche (MFD) ocurre por alteraciones en la fermentación ruminal y el metabolismo de la glándula mamaria, reduciendo la producción de grasa en hasta un 50%. Su prevención y manejo requieren estrategias como el ajuste de la dieta, el control del pH ruminal, la optimización de fibra y el monitoreo de ácidos grasos insaturados, asegurando un ambiente estable en el rumen.
Puntos clave:
1. La grasa láctea depende de la dieta y del metabolismo de la glándula mamaria.
2. Factores como la dieta, la genética y el manejo influyen en su concentración.
3. MFD reduce drásticamente la síntesis de grasa por alteraciones metabólicas.
4. La biohidrogenación en el rumen convierte ácidos grasos insaturados en saturados.
5. Un pH ruminal bajo favorece la producción de compuestos trans-10, causando MFD.
6. Dietas ricas en fibra efectiva ayudan a mantener un pH estable y la fermentación normal.
7. Un exceso de ácidos grasos insaturados en la dieta aumenta el riesgo de MFD.
8. El manejo de la alimentación debe garantizar estabilidad en horarios y acceso a alimento.
9. La inclusión de buferizantes y la reducción de ionóforos pueden mitigar la MFD.
10. Durante el estrés calórico, estrategias de enfriamiento y ajustes dietarios son clave