En un recorrido reciente por la zona de bombeo, escenario de los cortes de energía eléctrica por parte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), se pudo observar un panorama desolador, ranchos abandonados, pozos inactivos desde hace bastante tiempo y terrenos agrícolas cubiertos de maleza, reflejan el impacto de esta problemática.
Los dueños de estas tierras han decidido abandonar la lucha contra las altas tarifas eléctricas y los constantes cortes, resignándose ante las amenazas del Gobierno Federal, que busca dejar sin electricidad a más de 8 mil 200 pozos en todo el estado.
Esta situación tiene consecuencias alarmantes para la agricultura local, según estimaciones, cerca de 300 mil hectáreas de cultivo quedarán sin sembrar, agravando aún más la crisis alimentaria y económica en la región, las tierras que antes producían alimentos y generaban ingresos para miles de familias ahora se encuentran en total abandono.
La problemática se agudiza por la sequía que azota al estado desde hace varios meses, con la falta de lluvias, el riego mediante pozos representaba la única esperanza para los agricultores, quienes dependían de esta fuente de agua para salvar sus cultivos, sin embargo, el corte de energía eléctrica ha dejado inutilizables estas herramientas esenciales para la producción agrícola.
Los agricultores han expresado su descontento ante lo que consideran una postura hostil del Gobierno Federal hacia el sector productivo del estado, “es como si quisieran que dejáramos de sembrar”, señaló un productor de la zona, quien lamentó haber tenido que abandonar la actividad agrícola y buscar ingresos en otros negocios.
El abandono del campo no solo afecta a los agricultores, sino a toda la cadena económica que depende de ellos, transportistas, comerciantes y pequeños empresarios también se han visto impactados por la falta de actividad agrícola en la región, y la economía local, ya debilitada, enfrenta un golpe difícil de superar.
Organizaciones campesinas y líderes del sector han hecho llamados al Gobierno Federal para reconsiderar las medidas tomadas, argumentando que no solo ponen en riesgo la subsistencia de los agricultores, sino también la seguridad alimentaria del país, sin embargo, hasta el momento, no ha habido respuesta positiva por parte de las autoridades.
La combinación de sequía y políticas energéticas restrictivas ha colocado al campo chihuahuense en una situación crítica y si no se toman medidas inmediatas, el impacto podría ser irreversible, dejando a una región históricamente agrícola sumida en el abandono y la desesperanza.
Fuente: El Diario