Soluciones para una inseminación artificial eficiente en cerdas: Claves genéticas y sanitarias

La inseminación artificial (IA) ha transformado la manera en que se maneja la reproducción porcina, proporcionando avances significativos en la mejora genética y en la eficiencia productiva de las granjas, pues no solo permite maximizar los resultados reproductivos, sino que también facilita la gestión sanitaria al reducir la necesidad de contacto directo entre animales.
Sin embargo, para aprovechar al máximo estas ventajas, se requiere un manejo preciso del semen y de las condiciones que lo rodean, pues diversos factores pueden influir negativamente en los resultados finales.
Entre los principales desafíos de la IA en cerdas se encuentran la degradación del semen durante su conservación, el impacto de la manipulación externa y los procesos biológicos que ocurren en el tracto reproductivo tras la inseminación.
Estos son algunos de los conceptos más importantes a considerar, para tener un mejor entendimiento de este tema:
1.- IA y avances genéticos: La inseminación artificial en cerdas permite un progreso genético más rápido y eficiente, minimizando riesgos sanitarios.
2.- Problemas de la IA: Algunos desafíos incluyen el reflujo seminal, la baja movilidad espermática y la fagocitosis en el útero, lo que afecta la fertilidad.
3.- Uso de aditivos seminales: Sustancias como la cafeína, oxitocina, plasma seminal y análogos de PGF2α, mejoran la fertilidad y proliferación en las cerdas.
4.- Cafeína como estimulante: La cafeína incrementa la motilidad espermática y reduce la actividad inflamatoria en el útero tras la IA, aumentando la tasa de partos.
5.- Oxitocina y miometrio: La oxitocina favorece la contractilidad uterina, acelerando la llegada de espermatozoides al útero y facilitando la fertilización.
6.- Plasma seminal (PS): El PS desempeña un papel crucial en la protección de los espermatozoides frente a la fagocitosis y promueve interacciones clave para la gestación.
7.- Sobredilución del PS: Una dilución excesiva del PS reduce la fertilidad, mientras que su uso controlado aumenta las tasas de partos y el tamaño de las camadas.
8.- Prostaglandinas en la IA: Los agonistas de PGF2α mejoran las contracciones uterinas y adelantan la ovulación, lo que aumenta las tasas de fertilidad y partos.
9.- Inmunosupresión en la IA: Aditivos como la cafeína y el PS reducen la respuesta inflamatoria del útero, protegiendo los espermatozoides durante la IA.
10.- Optimización del semen: La IA con dosis menores de esperma, complementadas con aditivos, permite mantener o incluso mejorar los índices de fertilización, optimizando recursos reproductivos en granjas porcinas.