Lo anterior con el ganadero inglés Benjamín Tomkins, quien fue uno de los primeros en dedicarse a mejorar animales exclusivamente para carne, extendiendo esta raza primero en las cercanías, para luego alcanzar niveles internacionales. Desde entonces llama la atención por poseer características distintivas de color, conformación, constitución, mansedumbre, tendencia carnicera y temperamento.
Este tipo de ganado se caracteriza por su precocidad reproductiva, ya que los ejemplares alcanzan la pubertad entre los 13 y 15 meses, además facilidad de parto y una notable habilidad lechera, lo que contribuye a su longevidad.
Su musculatura, bien distribuida, permite obtener cortes de carne de alta calidad, apreciados por su terneza, color, jugosidad y engrasamiento, un novillo bien alimentado puede llegar a pesar entre 450 y 480 kilos a los 20 meses, destaca por su capacidad de conversión de alimento.
La fertilidad y la capacidad materna son aspectos sobresalientes en el Hereford. Los toros son conocidos por su alta eficacia para preñar hembras. Por su parte, las vacas Hereford son altamente confiables, capaces de parir un ternero al año y volver a quedar preñadas, criándolo en condiciones óptimas.
Su temperamento es otro de sus puntos fuertes; se considera la raza más dócil, lo que facilita su manejo y contribuye a la calidad de la carne, haciéndola más tierna. Además, el Hereford se adapta a una variedad de suelos y climas, prosperando en entornos que van desde desérticos hasta subtropicales.
En términos de tamaño, los Hereford tienen un cuerpo de proporciones intermedias, lo que les proporciona equilibrio y funcionalidad, facilitando su engorde tanto en pasto como en grano.
Los aplomos son fundamentales, ya que los miembros deben tener una dirección normal y sólida, lo que asegura una buena movilidad. También es importante la profundidad corporal, favorecida por costillas largas y arqueadas, que permite una mayor capacidad ruminal y adaptación a diferentes tipos de alimentación.
Las patas son de longitud media a corta, con huesos fuertes y bien formadas, mientras que las manos presentan cierta desviación lateral en las pezuñas. La cabeza puede ser mocha o astada, y en ambos casos, deben tener un buen desarrollo. Las hembras tienen una cabeza más pequeña y afinada, mientras que los machos presentan una mandíbula más fuerte y ancha.
En lo que respecta a los ojos, deben ser planos y bien pigmentados, y el cogote es de buen largo y ancho en los machos. El pecho puede presentar cierta adiposidad moderada, ligada a la funcionalidad del animal. El dorso y lomo son amplios y fuertes, lo que está relacionado con un mayor área de carne.
Finalmente, en cuanto a la carne, los Hereford son reconocidos por su consistencia, jugosidad y sabor, lo que cumple con las exigencias de los consumidores más exigentes.
Fuente: El Heraldo de Chihuahua