Opinion

¿Por qué frenar el crecimiento del campo?

No entiendo por qué se intenta frenar el pujante desarrollo del campo mexicano desde los grandes productores hasta los medianos y los chicos; por más que busco encontrar razones para justificar a quienes ponen obstáculos a nuestra producción agropecuaria desde el sector gubernamental no las encuentro, porque como escuché decir recientemente a un personaje del sector, esto equivale a darnos un balazo en un pie…o en la cabeza, piensan otros más pesimistas.

Razonemos juntos: Mire usted, en el tercer trimestre del año 2018 los esforzados agroproductores mexicanos aportaron al PIB (Producto Interno Bruto) nacional un superávit de casi cinco mil millones de dólares y una entrada de divisas por ventas al exterior de alrededor de 26 mil millones de dólares, lo cual fue y sigue siendo muy bueno para el país.

En este tercer trimestre de 2019 que está por terminar, el PIB agroalimentario creció un 4.2 %, en un entorno nacional cuyo crecimiento general fue de casi cero, sí, cero; en tanto que la actividad industrial decreció 1.8 % y nuestro comercio sólo creció un .6 %, según datos que proporcionó en entrevista con nuestro reportero Amado Vázquez, el presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), Bosco de la Vega.

No obstante, el crecimiento de la productividad de nuestro campo, logrado el 2019 con el esfuerzo de los hombres y mujeres que conforman este importante sector, el presupuesto para «apoyar» al campo en 2020 se redujo en más o menos un 30 %, según nuestra misma fuente.

En la misma entrevista Bosco de la Vega expresa su preocupación por la agricultura comercial que está pasándola muy mal, ya que este presupuesto es a todas luces insuficiente «y nos extraña que el presidente haya dicho que el campo es un sector prioritario, cuando nos está haciendo un recorte presupuestal del 30 por ciento».

«El 8 de febrero, en Michoacán, acordamos con el gobierno el Plan de Autosuficiencia Alimentaria, cosa que yo veo muy difícil de lograr: hoy producimos el 59 % de lo que consumimos; la FAO pide que generemos el 75 % y nuestro gobierno quiere que lleguemos al 100 %, pero si el gobierno quiere esto tiene que invertirle fuerte al campo, aunque en la realidad, con los recortes, parecería que el gobierno va en sentido contrario», comenta.

Con su amplio conocimiento del tema, su visión y su pasión por el campo, Bosco de la Vega explica el daño que sufrirá nuestra productividad agropecuaria con este recorte: «Ya nos quitaron las representaciones agrícolas en el extranjero, que nos resolvían problemas, eran las que promovían exportaciones y las que nos defendían en las demandas de dumping; nos quitaron también las representaciones comerciales, nos está pegando en el tema de la sanidad e inocuidad, lo que es un gran golpe en momentos en que ya pasamos la influenza aviar, pero tenemos enfrente el tema de la Peste Porcina Africana (PPA)y otras plagas, entonces México está perdiendo competitividad y la seguirá perdiendo si este presupuesto se sostiene».

Pero creo que no todo está perdido porque afortunada-mente tenemos en la Cámara de Diputados a Eraclio Rodríguez como presidente de la comisión agrícola, que pelea por que se aumenten 24 mil millones de pesos al nuevo presupuesto, Confiamos en que los diputados van a recapacitar y ajustarán el presupuesto, ya que también al aumentarlo ayudarán a combatir la pobreza, porque en las zonas rurales es donde se encuentra el 70 % de los pobres de nuestro país.

Evidentemente que el campo, nuestro campo, vive una crisis creada, no sabemos con qué propósito, o si quién la promueve ignora la trascendencia de sus actos; no lo sabemos porque no se ha hablado claro por la parte oficial, que no ha marcado un rumbo, pero lo que sí sabemos es que como en las crisis anteriores la gente del campo debe fortalecer sus organizaciones, elaborar presupuestos y estudios para negociar y defender su patrimonio.

De la Vega dejó muy clara su visión al afirmar que todavía cree en la cuarta transformación, que fue un cambio de régimen, pero también le queda claro que los gobiernos duran seis años, son temporales; en tanto que los agronegocios en su mayoría se han forjado por generaciones de mexicanos que han trabajado a brazo partido para crearlos y sostenerlos.

Pero ya estamos en diciembre y al hacer una pequeña tregua en estos menesteres procuremos ser felices al lado de nuestros seres queridos. Disfrutemos las festividades navideñas recordando el nacimiento de Cristo y esperando que nos libre de esta calamidad y de las que pudieran venir después.

Por mi parte y en representación de todos los que elaboramos Tierra Fértil les deseo a nuestros lectores, clientes y amigos, que tengan una muy feliz Navidad y que Dios los bendiga y los ayude a realizar sus proyectos.

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