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La calabaza mexicana es competitiva sin subsidios

La Comisión de Comercio Internacional de EE. UU. (USITC, por sus siglas en inglés) publicó la semana pasada su informe sobre el efecto de las importaciones en el mercado de calabaza de temporada de EE. UU. La investigación fue solicitada por el representante comercial de los Estados Unidos en una carta recibida el 7 de diciembre de 2020 y tiene el propósito de evaluar si las importaciones de calabazas a Estados Unidos representan un daño grave o una amenaza de daño grave para la industria de ese país.

Tal como se solicitó, la USITC evaluó el efecto de las importaciones en el mercado nacional estacional de calabaza, con un enfoque particular en la producción y competitividad de la calabaza cultivada en el sureste de los EE. UU., concluyendo que México es competitivo en la producción y exportación de calabaza sin destinar actualmente subsidios para ello.

De todas las importaciones estadounidenses de calabazas, por un valor de 473 millones de dólares en 2020, la participación de México fue del 97%. De acuerdo con el análisis de la USITC, los rendimientos mexicanos fueron alrededor de un 25% más altos que los rendimientos nacionales de Estados Unidos y un 67% más altos que los rendimientos en el sureste de Estados Unidos.

“Esto se debe a que los productores en México tienden a cosechar con más frecuencia y tienen menor presión de plagas y riesgo de daños por el clima debido a un clima semiárido”, dijo la Comisión. Las prácticas de producción que mejoran los rendimientos también son bastante comunes entre los productores de calabacín y calabaza amarilla en México, incluido el uso de enrejados y estructuras de sombra.

Por el contrario, los productores estadounidenses enfrentan mayores riesgos climáticos (por ejemplo, lluvias excesivas) y presiones de plagas que contribuyen a reducir los rendimientos.

La mayor parte de la producción de Estados Unidos suele realizarse en el suelo en lugar de usar espalderas, por lo que no se beneficia de las ganancias de rendimiento de las prácticas de cultivo vertical. Además, los productores estadounidenses tienden a cosechar con menos frecuencia en comparación con los productores de México.

“Estos riesgos climáticos, las presiones de plagas y las diferentes prácticas de cultivo contribuyen a una menor productividad de Estados Unidos de 18,1 toneladas por hectárea en todo el país y 13,5 toneladas por hectárea en el sureste”, agregó.

La Asociación de Productos Frescos de las Américas destacó que el crecimiento de la agricultura mexicana, incluida la calabaza, se ha financiado principalmente con inversiones privadas, no con subsidios del Gobierno mexicano.

Cualquier subsidio anterior del Gobierno mexicano para la agricultura protegida de calabaza fue declarado como no distorsionadores (“caja verde”) y ha sido discontinuado.

Puede consultar el informe del USITC completo aquí.

 

Fuente: eleconomista.com.mx

 

 

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