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En el mundo hay al menos 811 millones de personas en situación de hambruna

De acuerdo con cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la pandemia derivada de la Covid-19 (coronavirus) acentuó la problemática de la hambruna a nivel global.

El informe “El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo 2021” (SOFI, por sus siglas en inglés), reportó que al cierre de 2020, la prevalencia de este indicador en el mundo mostró un índice de 9.9%, alzándose casi un punto sobre el 8.4% del año anterior; esto resultó relevante, según indicó la FAO, ya que luego de un lustro, esto no había presentado variaciones.

Esto quiere decir que en todo el mundo se tuvo un registro en donde 811 millones de personas padecieron hambruna en 2020, 118 más que en 2019.

Máximo Torero Cullen, economista jefe de la FAO, dijo para diario El País que este es el pico más alto de hambre y desnutrición crónica con el que el organismo se había topado, pues se perdió todo el progreso logrado hasta 2015.

☞ EL DATO: En la elaboración del reporte también participaron el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización Mundial de la Salud (OMS)

En el SOFI se destacó que si bien la inseguridad alimentaria con calificación de “moderada o grave” se ha mantenido creciente a un ritmo lento desde 2014, el alza correspondiente a 2020 fue equivalente a la suma de los cinco años anteriores.


EN 2020 SE SUMARON 14 MILLONES DE LATINOAMERICANOS AL ÍNDICE DE HAMBRUNA

La FAO indicó que de 768 millones de personas consideradas como “subalimentadas”, casi la mitad (54.3%) radican en Asia, un tercio (37.7%) en África y 8% en América Latina y El Caribe.

En el caso de la región latinoamericana, en 2020 se registró un incremento de 14 millones de personas que padecieron hambre sobre lo anotado durante 2019.


Torero Cullen
 dijo que a causa del encierro como medida para enfrentar la pandemia, sumado a la informalidad laboral (con un índice de entre 54% y 70% de toda la población en la región), gran parte de la clase media perdió todo el patrimonio “de la noche a la mañana”, resaltó, esto sumó un factor predominante al tema de la seguridad alimentaria y dejó de manifiesto que hay una relación estrecha entre la pobreza y este parámetro.

Para resolver esta problemática, las organizaciones encargadas de la elaboración del SOFI propusieron seis vías para la transformación de los sistemas alimentarios, con la finalidad de que puedan aportar dietas asequibles y saludables.

En ellas se destacó la integración de las políticas humanitarias, de desarrollo y de consolidación de la paz en las zonas afectadas por conflictos; la ampliación de la resiliencia climática de los distintos sistemas alimentarios; además del refuerzo a la población vulnerable ante las adversidades económicas.

Finalmente en este SOFI se precisó que intervenir en todas las cadenas de suministro para reducir el costo de los alimentos nutritivos; luchar contra la pobreza y las desigualdades estructurales, para el favorecimiento e inclusión de los sectores más pobres; y el robustecimiento de los entornos alimentarios para promover hábitos alimentarios con efectos positivos en la salud humana y el medio ambiente, también jugarán un papel trascendental en los trabajos sinérgicos para revertir estos efectos de hambruna extrema. 

 

 

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